jueves, 14 de febrero de 2008

Quince días es poco, pero para mas no me alcanza la plata

Irse de vacaciones es una cosa, es lo que hace mi viejo, se va a la ciudad balnearia que ofrezca la relación distancia - costo, mas beneficiosa y se instala ahí durante 20 días con su rutina de vacaciones que consiste en visitar la playa dos veces al día, evitando los horarios del “sol malo”, almorzar liviano, dormir la siesta y cenar en alguna parrilla que tenga variedad de carnes a buen precio. Eso es irse de vacaciones, pero viajar, viajar y conocer, son otra. Eso escogemos los veinte añeros de perfil: hippie, buena onda, pseudos intelectuales, liberales, antiviolencia y de leve tendencia humanista. Suena gracioso y critico pero es así, en estos viajes el único factor común de los grupos de aventureros es: “la higiene, la privacidad y la seguridad personal han sido relegadas al mínimo indispensable, la improvisación a su enésima potencia”. Chicas y chicos cargan sus mochilas y deciden emprender un viaje de mas de veinte días con no mas de mil pesos o de menos de 15 con no menos de dos mil pesos (nótese como el trabajo formal y bien pago o informal y mal pago influye en estas dos opciones). En fin quien no haya emprendido este tipo de viajes de búsqueda espiritual, fumetas de porro y paisajes indescriptibles, quizás no debería hacerlo, no es para cualquiera, puedo asegurar. Ahora quien si los haya vivido no podrá negar un hecho que es inevitable: volver ligeramente enamorado de alguien quien sea, quizás sea lo bello del paisaje, el estar lejos de los estupidizantes rayos catódicos de los televisores, no tener señal en el celular o simplemente que cuando estamos de vacaciones somos mucho mas cool, por el simple hecho de que no necesitamos cumplir con las aburridas formalidades de la vida moderna. A fin de cuentas quien no se va a enamorar de alguien que en medio de una montaña del bolsón se atreve a lanzarse de una roca tamaño colectivo de dos pisos al agua cristalina de deshielo que cubre el pavoroso aterrizaje y que luego de eso sale y se entretiene dos horas arrojando piedritas a un hueco del otro lado de la orilla, persona que mas tarde por la noche no tendrá el menor repudio de tomar toda la velada de una damajuana de 10 litros de vino barato junto con un grupo de mal olientes pero hilarantes desconocidos. Que cosa con el verano no? Es él, el culpable de que nos pase esto de que cada 4 estaciones nos pase de terminar levemente enamorados de una persona que de conocer en otras circunstancias, nos espantaría, ante el primer comentario, del estado del tiempo o ante la primera queja del mal funcionamiento del transporte publico. Honestamente, no se a donde voy con este post, no tengo pensado un final y ese es un error que en la facultad me enseñaron a no cometer. Solo se me viene a la mente un chiste de Maitena donde una mujer mientras aprontaba las valijas decía “presiento que voy a conocer al amor de mi vida de este verano” si lo leí por excesivo aburrimiento o por simple negligencia no lo se, preferiría haber citado a Arlt o a Casares, pero ellos nunca escribieron sobre cosas tan banales como las que escribo yo.

Me imagino que todos entraron al blog para ver como seguía la novela de las una de la tarde por telefe, bueno se quedaran con las ganas, esto no es un delivery, es una dictadura. Yo escribo lo que quiero cuando se me canta, total si me voy de tema le pongo de titulo off Topic y se acabo.

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